La rutina diaria de una joven comienza a desmoronarse cuando empieza a sentirse observada constantemente. A través de pequeños gestos y situaciones cotidianas la sensación de ser vigilada se intensifica hasta volverse insoportable. Incertidumbre plantea un inquietante retrato de la vulnerabilidad de la intimidad en un mundo donde la frontera entre lo público y lo privado se desvanece.